La Pastoral catequética
Principales
claves de comprensión
1.
Grandes hitos que han orientado la
catequesis para el momento actual
1.1. El concilio Vaticano II (1962-1965):
·
Constituciones:
— Sobre la divina revelación: Dei
Verbum
— Sobre la Iglesia: Lumen gentium
— Sobre la Iglesia en el mundo actual: Gaudium et spes
· Decretos:
— Sobre la actividad misionera de la Iglesia: Ad gentes divinitus
— Sobre el apostolado de los laicos: Apostolicam actuositatem
1.2.
Postconcilio:
—
RICA
(6/01/1972)
—
Sínodo
sobre la Evangelización: Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (8/12/1975).
—
Sínodo
sobre la Catequesis en el mundo actual: Exhortación
Apostólica Catechesi Tradendae
(16/10/1979).
—
XXV
aniversario de la clausura del Concilio y XV de EN: Encíclica
Redemptoris Missio (7/12/1990).
—
Preparación
del jubileo del año 2000: Carta Apostólica Tertio millennio adveniente.(10/11/1994).
—
Al
comienzo del nuevo milenio: Carta Apostólica Novo millennio inneute (6/01/2001).
2.
El Catecismo de la Iglesia Católica
2.1.
Finalidad
· Presentar fiel y orgánicamente
la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición viva en
la Iglesia y del Magisterio auténtico, así como la herencia
espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia.
· Conocer mejor el misterio
cristiano y reavivar la fe del Pueblo de Dios.
· Iluminar, con la luz de la fe,
situaciones nuevas y problemas que en el pasado aún no se habían planteado.
2.2.
Articulación
§ Primera parte: El misterio cristiano es el objeto de la fe.
§ Segunda parte: El misterio cristiano es celebrado y comunicado en las
acciones litúrgicas.
§ Tercera parte: El misterio cristiano está presente para iluminar y
sostener a los hijos de Dios en su obrar.
§ Cuarta parte: El misterio cristiano es el fundamento de nuestra
oración.
3.
El Directorio General para la
Catequesis:
3.1.
¿Qué es?
·
Es un servicio de la Sede
Apostólica para toda la Iglesia (DGC 7).
·
Valioso instrumento
teológico-pastoral, adaptado para la nueva situación y a las nuevas
necesidades (DGC 7).
·
Recoge la herencia del magisterio
pontificio y de la experiencia catequética del posconcilio (sus luces y
sus sombras), y la sistematiza sintéticamente en orden a la actividad
catequética, siempre en la perspectiva de la presente etapa de la Iglesia
(cf. DGC 7).
3.2.
¿Qué pretende?
·
Ayudar a entender la naturaleza y
los fines de la catequesis, como también las verdades y valores que deben
transmitirse. Solo así se podrán evitar defectos y errores en materia
catequética (DGC 9).
·
Encuadrar la catequesis en
la evangelización, postulado en particular por las Exhortaciones Evangelii
nuntiandi y Catechesi Tradendae (DGC 7).
·
Indicar cómo han de ser asumidos
los contenidos de la fe propuestos por el Catecismo de la Iglesia
Católica (DGC 7).
·
Señalar los principios
teológico-pastorales de carácter fundamental por los que pueda orientarse y
regirse más adecuadamente la acción pastoral del ministerio de la Palabra
y, en concreto, de la catequesis (DGC 9).
·
Ofrecer reflexiones y principios,
más que aplicaciones inmediatas o directrices prácticas (DGC 9).
·
Prestar ayuda para la redacción de
Directorios catequéticos y Catecismos (DGC 11).
3.3.
Estructura
Primera Parte: La catequesis en la
misión evangelizadora de la Iglesia
§ Capítulo I: La revelación y su transmisión mediante la
evangelización.
§ Capítulo II: La catequesis en el proceso de la evangelización.
§ Capítulo III: Naturaleza, finalidad y tareas de la catequesis
Segunda Parte: El mensaje evangélico
§ Capítulo I: Normas y criterios
para la presentación del mensaje evangélico en la catequesis.
§ Capítulo II: Ésta es nuestra fe,
ésta es la fe de la Iglesia.
Tercera Parte: La pedagogía de la fe
§ Capítulo I: La pedagogía de Dios,
fuente y modelo de la pedagogía de la fe.
§ Capítulo II: Elementos de
metodología.
Cuarta Parte: Los destinatarios de la
catequesis
§ Capítulo I: La adaptación al
destinatario. Aspectos generales.
§ Capítulo II: La catequesis por
edades.
§ Capítulo III: Catequesis para
situaciones especiales, mentalidades y ambientes.
§ Capítulo IV: Catequesis según el
contexto socio-religioso.
§ Capítulo V: Catequesis según el
contexto socio-cultural.
Quinta Parte La catequesis en la
Iglesia particular
§ Capítulo I: El ministerio de la
catequesis en la Iglesia particular y sus agentes.
§ Capítulo II: La formación para el
servicio de la catequesis.
§ Capítulo III: Lugares y vías de
la catequesis.
§ Capítulo IV: La organización de
la pastoral catequética en la Iglesia particular.
4.
La catequesis de Iniciación Cristiana (DGC 66-68)
La catequesis de Iniciación es una acción básica y fundamental en la
construcción tanto de la personalidad del discípulo como de
la comunidad.
—
Está estrechamente vinculada con los sacramentos de
la iniciación, especialmente al Bautismo.
—
Su finalidad es propiciar una
viva, explícita y operante profesión de fe.
—
Para lograrlo, la Iglesia transmite a los catecúmenos y catequizandos
la experiencia viva que ella misma tiene del Evangelio, su fe, para que ellos
la hagan suya al profesarla.
La catequesis de Iniciación Cristiana ha de ser:
—
Una iniciación ordenada y sistemática a la revelación que Dios mismo
ha hecho al hombre en Jesucristo.
§ Revelación conservada en
la memoria profunda de la Iglesia y en las Sagradas Escrituras.
§ Revelación comunicada constantemente,
mediante una traditio viva y activa, de generación en generación.
Esa iniciación vital y orgánica en el misterio de Cristo es
lo que, principalmente, distingue a la catequesis de todas las demás
formas de presentar la Palabra de Dios.
—
Es más que una enseñanza: es un aprendizaje de toda la vida
cristiana, que propicia un auténtico seguimiento de Jesucristo, centrado en su
Persona.
§ Se trata, en efecto, de educar
en el conocimiento y en la vida de fe, de forma que el hombre entero,
en sus experiencias más profundas, se vea fecundado por
la Palabra de Dios.
§ Se ayudará así al discípulo de
Jesucristo a transformar el hombre viejo, a asumir sus compromisos
bautismales y a profesar la fe desde el «corazón».
—
La catequesis de iniciación ha de propiciar una formación básica y esencial.
§ Se ha de centrar, por tanto, en
lo nuclear de la experiencia cristiana, en las certezas más básicas de la fe y
en los valores evangélicos más fundamentales.
§ Trata de poner los cimientos del
edificio espiritual del cristiano; alimentar las raíces de su vida de fe,
capacitándole para recibir el posterior alimento sólido en la vida ordinaria de
la comunidad cristiana.
En síntesis:
— Por ser orgánica y sistemática,
no se reduce a lo meramente circunstancial u ocasional.
— Por ser formación para la vida
cristiana, desborda (incluyéndola) la mera enseñanza.
— Por ser esencial, se centra en
lo «común» para el cristiano, sin entrar en cuestiones disputadas ni
convertirse en investigación teológica.
— En fin, por ser iniciación:
§ Incorpora a la comunidad que
vive, celebra y testimonia la fe.
§ Ejerce, por tanto, al mismo
tiempo, tareas de iniciación, de educación y de instrucción.
§ Esta riqueza, inherente al
catecumenado de adultos no bautizados, ha de inspirar a las demás formas
de catequesis, también la infantil.
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